Aprender a escribir de manera rápida y legible es un objetivo indispensable para los niños ya que de esto depende en gran medida su desempeño como estudiantes. No lograrlo puede traer consigo muchas consecuencias negativas. El cansancio físico al escribir es normal, sin embargo, existen factores extraordinarios que pueden aumentar esa fatiga y por lo tanto perjudicar al niño y su aprendizaje.
A continuación, te presentamos algunas posibles causas de este cansancio adicional, además de consejos para resolverlos, según las propuestas recopiladas entre diferentes expertos por parte del Schereibmotorik Institut, institución dedicada a la investigación de la escritura a mano; la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos y la terapeuta Waltraud Fürholzer:
- La postura: Una postura incorrecta al escribir contribuye a generar cansancio adicional al propio de la actividad. La recomendación de los expertos del Schereibmotorik Institut para mejorar la posición es la siguiente: sentarse con la espalda recta con los hombros relajados, los codos y brazos apoyados sobre el escritorio, así como poner los pies bien firmes sobre el suelo. Una postura corporal correcta incluso puede beneficiar a mejorar la rapidez.
- Forma del lápiz: Tener la forma ergonómica adecuada en el lápiz reduce automáticamente el esfuerzo al escribir. Utilizar lápices robustos en forma triangular con una zona de agarre suave y bien definida es lo más recomendable para evitarlo, según el Instituto Schreibmotorik.
- Motivación: La Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos sostiene que es muy posible que los niños al estar realizando una actividad que les parece poco atractiva les cause mayor pereza mental y, por lo tanto, les cueste más trabajo concentrase. Para resolverlo puedes proponer escribir sobre temas que sean de interés para los niños.
- Agarre y presión del lápiz: Waltraud Fürholzer, terapeuta para niños con desórdenes al escribir asegura que, al agarrar el lápiz, éste debe percibirse como algo cómodo en la mano. También afirma que la manera correcta de sostenerlo es con un agarre con tres dedos: el pulgar y el índice deben de estar dos centímetros arriba del grafito, y el dedo medio siempre sirviendo como apoyo. Por último, Fürholzer señala que la presión es igualmente importante: si la presión es demasiada, además que el niño se cansará en exceso, puede generar calambres. Pide al niño que respire relajadamente para que su mano tampoco esté tensa para que el lápiz se mueva libremente en la mano.
El proceso de aprendizaje de la escritura representa un reto para los pequeños y nuestra obligación es acompañarlos y aconsejarlos, además de asegurarnos que adquieran esta habilidad tan valiosa de la mejor manera posible, que potenciará no solo su capacidad de aprendizaje sino su imaginación.
Con información de Schreibmotorik Institut, la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos y la terapeuta Waltraud Fürholzer.