Las adivinanzas son una forma atractiva de introducir la lectura entre los alumnos de la etapa final de Infantil. La necesidad de comprender el texto para resolver un enigma es una herramienta muy interesante en el proceso del aprendizaje de la lectoescritura. Además, es una forma literaria sencilla para llamar la atención de los niños hacia objetos y situaciones en pocas líneas.
Las adivinanzas también provocan que los pequeños tengan la oportunidad de estimular y desarrollar habilidades de memorísticas. Asimismo, incitan a la concentración, les enriquecen su vocabulario y les potencia la imaginación y el desarrollo intelectual.
Además, si introducimos desde temprana edad las adivinanzas favoreceremos un mayor rendimiento, porque es un momento de cooperación y trabajo en equipo para averiguar la respuesta. Esto último ayuda que los niños colaboren entre ellos para adivinar el acertijo y fomentan desde muy pequeños su habilidad para relacionarse con los demás.
A continuación, os dejamos algunos de los consejos que debemos seguir para introducir acertijos y adivinanzas:
- Para que los más pequeños puedan entender y comprender, las adivinanzas deben ser sencillas y con una extensión corta.
- La adivinanza tiene que ser leída con un ritmo adecuado para su máxima compresión.
- Los más pequeños se sienten atraídos por cosas que les son comunes, como frutas o animales.
- A través de la adivinanza pueden imaginar historias paralelas.
- Hacer que los más pequeños exploren su creatividad dibujando lo que para ellos representa la adivinanza.
Además, puedes proponerles que inventen nuevas adivinanzas. De esta manera, estarán practicando la lectoescritura y desarrollando su inventiva. Si luego les hacemos leer sus acertijos para que los compañeros intenten resolverlos, ¡la actividad será completa!
Trabajar de forma cotidiana adivinanzas es un recurso didáctico muy interesante. Aparte de ser útil para el aprendizaje de la lectoescritura, ayuda a fomentar que los niños relacionen objetos con significados y a asociar ideas para llegar a una respuesta.
Igual que los poemas o los bits de inteligencia, los acertijos son una excelente ocasión para trabajar de manera lúdica la lectoescritura.