STABILO Aula – Lectoescritura y coloreado para profesores de infantil y primaria

La poesía como recurso

En otras ocasiones ya hemos hablado de la importancia de la escritura creativa para facilitar el aprendizaje de la lectoescritura de una manera divertida para los niños. Siempre que se habla de este tipo de actividad solo se piensa en la narrativa. Pero también se puede aplicar a la poesía.

La poesía permite al niño conocer nuevas formas de expresión, aprende nuevas palabras, le hace trabajar la memoria y la imaginación, le obliga a saber entonar las frases (los versos), le descubre la importancia de la belleza y le aporta nuevas sensaciones y sentimientos.

No hace falta trabajar poemas de grandes autores de la historia de la Literatura. Pueden iniciarse con poesías más enfocadas hacia su edad, con temáticas y personajes acordes con sus intereses, o con aliteraciones y juegos de palabras que les fascinen. Algo sencillo que les despierte la curiosidad.

De hecho, esta reiteración de sonidos es una de las claves de esta actividad, ya que les permite reconocer y fijar sonidos y sílabas y ver cómo se combinan.  Las rimas son una variante de esta repetición de sílabas que, por encontrarse a final de línea, toman una relevancia mayor a nivel visual y, por lo tanto, llaman más la atención de los niños y se les fija.

La lectura de los poemas se convierte así en una actividad relevante para consolidar esta aptitud. Pero también, como decíamos al principio, su escritura es muy interesante. De entre los que se hayan leído en clase, pueden copiar algunos de sus poemas favoritos. Y también, claro, deben escribir su propio poema. La reflexión sobre la búsqueda de rimas será un pequeño rompecabezas divertido para ellos.

Algunos autores y poemas que os pueden ser útiles son Federico García Lorca con El lagarto está llorando; Lope de Vega con La nena astuta; Juan Ramón Jiménez con Abril; Gloria Fuertes, un clásico de nuestro país, con su obra completa; Mar Benegas y Francisca Yánez con su libro Versos como una casa; Raúl Vacas y su volumen Niños raros o Roal Dahl, otro clásico, con Cuentos en verso para niños perversos.

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