¿Conoces el método de aprendizaje de los bits de inteligencia? Lo desarrolló el doctor Glenn Doman junto con el neurólogo Temple Fay en los años 50 del s. XX. Inicialmente, se centraba en el aprendizaje de niños con problemas cerebrales. Pero con el tiempo amplió el campo a bebés y niños sin dificultades.
Este sistema, denominado método Doman, ha sido ampliamente aceptado y si bien es cierto que se usa sobre todo con niños muy pequeños, puede ser muy interesante para las primeras fases de Infantil. Y es que, según su propuesta, cuanto más pequeño es un niño más fácil es que aprenda, por lo que debería enseñársele el máximo de conceptos antes de los 6 años.
¿En qué consiste el método? En mostrar a los niños una sucesión de cartulinas denominadas bits de inteligencia. Deben ser blancas y exponer, de manera temática, imágenes. Es ideal una imagen por cartulina para presentar un único concepto de manera clara, inequívoca y específica. A continuación, se muestra al niño otra cartulina con la palabra que describe la imagen anterior. Esta palabra debe estar escrita en letras rojas, grandes, en minúsculas, con letra de imprenta (es decir, no ligada). Y solo usaremos mayúsculas cuando corresponda según las normas ortográficas.
La idea es que el niño vea la mayor cantidad de bits de inteligencia posible para que asimile la imagen con el texto y relacione el concepto, aprenda a leerlo y comprenda su significado. Además, hay que leer claramente (pero no despacio), el nombre. La suma de todos estos estímulos (visuales y auditivos) facilitará el aprendizaje de diferentes conceptos, y de la lectura.
La propuesta de crear bits de inteligencia temáticos es para construir significados que se relacionen entre ellos. Así, puede haber bits de inteligencia sobre el cuerpo humano, los medios de transporte, los animales de la granja, la ropa de verano… De hecho, es como solemos aprender vocabulario de un idioma nuevo: por bloques temáticos.
Hay que planificar bien las temáticas y cantidad de bits de inteligencia que se trabajan, porque si bien es cierto que a los pequeños les gustan las novedades, un exceso de bits pueden saturarles. Lo ideal es trabajar alrededor de 5-7 bits de inteligencia. Se les muestra los contenidos y se trabaja sobre ellos. Se debe repetir a lo largo del día un par o tres de veces. Y a medida que avancemos la semana, incorporamos nuevos bits de inteligencia y retiramos los antiguos. Es recomendable que los bits antiguos y los nuevos tengan una cierta relación. De este modo iremos construyendo un universo completo. Por ejemplo, podemos incorporar verbos relacionados con los sustantivos aprendidos para crear frases con significado.
Versiones más complicadas
En este sentido, si bien es cierto que la versión sencilla de los bits de inteligencia son las imágenes y su correspondiente palabra descriptiva, se puede complicar. Puedes crear bits de inteligencia centrados en parejas de palabras (sustantivo + color), frases (sustantivos + verbos), sílabas o letras. Estas dos opciones deben ser siempre las últimas, ya que la representación pictórica no son imágenes figurativas como puede ser la foto de una oveja para aprender qué es una oveja, sino las letras en sí mismas, un concepto abstracto para un niño pequeño.
Ten en cuenta que puedes crearte tus propias fichas de bits de inteligencia según el tema que te interese tratar. Si las plastificas y conservas bien, ¡en poco tiempo tendrás un amplio repertorio de bits de inteligencia para trabajar con tus alumnos de infantil desde una perspectiva diferente!