Actualmente, se da por hecho que los niños de Primaria adquieren sus argumentos propios para lograr una buena expresión y comprensión oral a partir de sus aprendizajes de lectoescritura. Pero ¿cómo podemos lograr que tengan un pensamiento crítico en una sociedad como la de hoy en día?
En la tesis doctoral interuniversitaria de Andrea Miralda, “Análisis del Desarrollo de la Competencia Argumentativa y Propuesta de Intervención en Educación Primaria” publicada en septiembre de 2020 en el Departamento de Psicología de la Educación de la Universitat de Barcelona, y en el trabajo final de grado de Sorana Tarazona “Desarrollo de la competencia argumentativa a través del fortalecimiento del proceso de lectoescritura” publicado en 2018 en la Universidad de Pamplona, se pudieron analizar las conductas y capacidad argumentativa de diversos niños ante escenarios diferentes.
Se realizaron diversos estudios donde se les presentaron diferentes situaciones y se les pedía desarrollar unos argumentos propios. Un ejemplo de ello sería la situación donde los investigadores les preguntaron: “¿cuál crees que es la causa de que haya una población tan alta de perros abandonados?”. Los investigadores les pidieron que les diesen un argumento, y después, propusieran un contraargumento a su propia opinión expuesta con anterioridad.
A partir de estos estudios, la tesis da a conocer las facilidades y dificultades que tienen los niños de Primaria a la hora de desarrollar argumentos sólidos ante diversas situaciones que se les puedan presentar en su día a día. Entre ellas, se puede observar que los alumnos no desarrollan correctamente sus respuestas por pereza hacia la lectura, por falta de interés, por atención dispersa o por falta de comprensión y/o concentración.
Por otro lado, los niños tienen mayor facilidad de retener información con actividades dinámicas y en espacios físicos destinados a desarrollar estos ejercicios, como pueden ser debates u otro tipo de actividades grupales. Además, a través de textos cortos y atractivos, se sienten más motivados.
Es por ello por lo que, finalmente, dependiendo de los conocimientos que tuviesen los niños sobre lo que es una evidencia y una causa, desarrollaban con mayor detalle (o no) la pregunta expuesta. El conjunto de todo este proceso nos enseña que si los niños tienen una buena educación de lectoescritura, desarrollan con mayor facilidad sus capacidades argumentativas.
En conclusión, los niños de Primaria retienen más información y, por consiguiente, realizan mejores argumentaciones gracias a actividades de escritura y lectura con temáticas más interesantes y entretenidas. Por eso se deberán tener en cuenta los gustos y entretenimientos de los alumnos para buscar una temática en común y que estén más centrados y motivados a aprender.