En la labor de formar a los niños en la lectoescritura pueden aparecer diferentes adversidades. Ya hemos comentado algunas como el TDAH o los problemas visuales. Pero existen otras relevantes para tener en cuenta, como el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL).
Esta afección dificulta el aprendizaje de los niños y se estima que impacta entre el 2 y el 5% de los pequeños. Además, según el informe The Manchester Language Study, el 40% de los niños con TDL, a los 16 años, tiene dificultades para interactuar con los compañeros, y el 50% había sido víctima de acoso durante la infancia, mientras que los niños sin TDL la cifra es inferior al 25%.
Por otro lado, aparte de condicionantes ambientales, como vivir en un entorno de pobreza o tener padres sin formación, parece que existe un componente genético importante. Así, si sus familiares lo padecieron de pequeños, es probable que el niño también.
Algunas de las expresiones más habituales del TDL son:
- Inicio tardío de la capacidad de hablar.
- Una vez adquirida, dificultades para expresarse oralmente.
- Dificultades para comprender y entender correctamente la expresión verbal de otros hablantes.
- Retraso en la adquisición de vocabulario.
- Dificultades para construir frases, errores entre género y número o entre sujeto y verbo.
- Incapacidad para responder adecuadamente preguntas sencillas.
- Problemas con el aprendizaje de la lectura.
La Revista Signos. Estudios de Lingüística de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso publicó en 2023 el artículo ‘Intervención en lectura temprana en alumnado con Trastorno del Desarrollo del Lenguaje’, redactado por los investigadores de la Universidad de La Laguna Víctor Acosta Rodríguez, Gustavo Ramírez Santana, Sergio Hernández Expósito y Atteneri Delgado Cruz. En este documento explican la realización de un estudio para analizar las habilidades de lectura de diversos niños de cinco años de diferentes escuelas de Tenerife.
En el proyecto realizaron una pequeña investigación a través de cuatro grupos: uno con tratamiento para población con TDL, otro sin tratamiento de TDL, un tercero con tratamiento de población con desarrollo típico del lenguaje (DT), y finalmente un grupo sin tratamiento con desarrollo típico del lenguaje (DT).
En su modelo proponen una enseñanza “basada en juegos y abundante material visual”. El objetivo es “estimular la participación” ya que el formato lúdico facilita la colaboración entre los niños.
A través de actividades visuales y auditivas extraídas de las propuestas pedagógicas Jugando con los sonidos (Arenas et al., 2014), ALE (González & Cuetos, 2008) y Leer en un clic (García de Castro & Cuetos, 2012), pudieron realizar el estudio mediante unos ejercicios. Algunos ejemplos de ejercicios son:
- Dar tantas palmadas como sílabas tiene una palabra.
- Pintar todos los dibujos con el mismo número de sílabas.
- Convertir los dibujos en letras, por ejemplo, una montaña crear la letra ‘m’.
- Identificar rimas.
- Aparición de nuevas palabras al suprimir sílabas de palabras más largas (plátano – plata).
Tras analizar los resultados del estudio desarrollado, validaron la hipótesis que los pequeños que practican las actividades del programa consiguen “mayores ganancias en habilidades alfabéticas y de procesamiento fonológico que el alumnado”.
Por todo esto, es importante estar atento a los posibles síntomas de TDL y aplicar los recursos sugeridos en el artículo original para conseguir una mejora en los niños.