Cuando hablamos que las actividades para trabajar la lectoescritura deben ser lúdicas nos referimos a que, realmente, deben ser un juego. Ya sabemos que determinados juegos infantiles preparan a los niños para la vida real de adulto. Con este mismo silogismo, los juegos para aprender la lectoescritura entrenarán y formarán a los pequeños para aprender este proceso.
En el Trabajo de Titulación ‘El juego como una estrategia en el inicio de la lectoescritura en los niños de 5 a 6 años en la ciudad de Quito, durante el año 2021’, de Johanna Patricia Gómez Díaz y Carmen del Cisne Retete Ávila, del Grado de Licenciada en Educación Inicial, de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Central del Ecuador, investigan sobre este proceso. Fruto de su trabajo se desprenden una serie de conclusiones y recomendaciones muy interesantes.
Así, indican que el juego, especialmente el simbólico, es “una estrategia de aprendizaje significativo” que sitúa al niño en situaciones reales del futuro. Esta insistencia en el juego simbólico se basa en el hecho que implica que el pequeño se ponga en la piel de otra persona/carácter o incluso objeto para comprender, asimilar y reproducir su forma de pensar y expresarse. Eso les obligará a desarrollar su destrezas lingüísticas y motoras. También resaltan que es muy importante contar con el apoyo de maestros y padres para iniciarse en la lectura.
Las recomendaciones que aportan en su texto son:
- el juego provoca nuevas situaciones y facilita la manipulación de objetos que, en conjunto, incitan a desarrollar el lenguaje.
- El juego simbólico “estimula las habilidades y capacidades psíquicas y socio afectivas” según la realidad del niño.
- Los profesores deben formarse constantemente en el proceso de nuevas estrategias de enseñanza.
- Los maestros deberían aplicar estrategias lúdicas que permitan a los niños reconocer las vocales para familiarizarse con nuevas palabras
- La familia y los profesores deben desarrollar actividades lúdicas y proporcionen todos los recursos posibles para que los niños lean, sea el género y formato que sea, para ganar fluidez y vocabulario.
Con esta apuesta por el juego, especialmente el simbólico, estaremos contribuyendo a incrementar el proceso madurativo del niño y su capacidad para aprender la lectoescritura.