En la etapa de educación infantil se observa que muchos de los alumnos/as presentan dificultad a la hora de coger correctamente el lápiz. Ahora bien, el hecho de coger el lápiz de forma adecuada es algo más complejo de lo que parece a simple vista. Para ello es necesario que el alumnado desarrolle una buena motricidad fina. Aspecto que se puede ejercitar de manera divertida para ellos.
Coger bien el lápiz ayuda también a tener una escritura correcta y adecuada. Conviene ayudar y corregir a los niños, especialmente, a partir de los tres años de edad. Así, por poner un ejemplo, algo en lo que se suele tener que trabajar es en modular la fuerza con la que cogen el lápiz algunos alumnos, ya que en ocasiones parece que se agarren a él como si fuera su juguete preferido, aspecto que no facilita el proceso de aprendizaje.
Hay varias formas de coger incorrectamente el lápiz, entre las más comunes se encuentran:
- Apoyos múltiples. Los niños/as sujetan el lápiz utilizando tres dedos, colocan las puntas de los tres dedos sobre el lápiz. En vez de utilizar el dedo corazón como punto de apoyo, lo colocan también encima del lápiz
- Posición de barrido. Es bastante común en los niños/as pequeños/as y se da con mucha frecuencia en niños/as zurdos/as. Colocan la mano encima del renglón, abren mucho el brazo y el lápiz está orientado hacia el exterior, por lo tanto, no pueden ver lo que escriben. A menudo tienen que modificar la postura del cuerpo para poder ver lo que están escribiendo y tienen dificultades para poder autocorregirse.
- Crispación en los dedos. Al sujetar el lápiz, el índice y el pulgar hacen dos ángulos rectos, doblan los dedos exageradamente
Problemas por un mal agarre
De estas formas de coger mal el lápiz se pueden desarrollar ciertos problemas.
Estos problemas son:
- Déficits en las destrezas motoras (tono muscular alterado, hipotonía o hipertonía, precario control postural, pobres habilidades intramano y/o mala planificación motora).
- Déficits en las destrezas sensitivas (alteración propioceptiva, conciencia alterada del movimiento y de la postura).
- Déficits perceptivos (incorrecta percepción visual y pobre control visomotor).
- Déficits cognitivos (memoria motriz alterada, análisis y planificación espacial incorrectos).
Al igual que se pueden desarrollar problemas derivados de coger mal el lápiz también podemos encontrar ciertos beneficios por hacerlo bien. Estos beneficios son:
- Mayor control de los trazos.
- Postura relajada, por lo tanto, se cansan menos.
- Previene ampollas o callos en las manos y en los dedos.
- Control sobre la presión del lápiz en el papel.
- Menos estrés.
Actividades para coger bien el lápiz
Algunos de estos ejercicios pueden resultar llamativos y curiosos pero todos ellos tienen sentido. Los niños/as zurdos/as aprenden de la misma manera, la única diferencia es la mano con la que escriben.
- Dibujar diferentes formas: líneas rectas, horizontales, verticales y oblicuas sobre papel o en una pizarra. Al iniciar la actividad mejor hacerlo en hojas que estén en blanco sin ningún tipo de muestra. Hay que pedirle al alumno/a que escriba de izquierda a derecha. Cuando se haya adquirido un dominio del trazo se puede repetir el ejercicio utilizando una hoja con líneas muy espaciadas entre sí. Posteriormente se puede utilizar cuadrícula grande.
- Exprimir una esponja para escurrirla.
- Hacer bolas grandes y pequeñas de papel. Hacer trozos de papel de seda.
- Recortar con tijeras dibujos o un folio en línea recta.
- Con el punzón, picado libre sin contornos ni límites.
- El modelaje libre con plastilina, creando formas y figuras al azar.
- Abrochar y desabrochar botones de una chaqueta. Subir y bajar la cremallera de una cazadora.
- Ensartar en cordel collares, bolitas de plástico o macarrones.
- Coger con los dos dedos de uno en uno lentejas o garbanzos y meterlos dentro de una botella.
- Abrir y cerrar tapones botellas, frascos con tapón de rosca… distintos tamaños, etc.
- Realizar juegos con pinzas de la ropa. El uso correcto de las pinzas ayuda a los pequeños a moderar la fuerza en las manos. Aplicar la fuerza correcta para abrir y cerrar las pinzas es muy positivo para controlar esa misma fuerza de la mano, y aprender así cual es la adecuada para coger los lápices.
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Sobre la autoría:
Verónica Méndez Pardo es colegiada del Colegio Oficial de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana.