Nuestro cerebro dispone de dos hemisferios, y cuando los niños son pequeños todavía no hay un dominio del uno sobre el otro. Con el paso del tiempo se observa que hay una preeminencia de uno de ellos. No obstante, el otro se acaba complementando perfectamente con el que domina, lo que implica un equilibrio perfecto. Este hecho de usar preferentemente una mano o una pierna, por ejemplo, es lo que denominamos lateralidad.
¿Y qué relación hay entre la lateralidad y el aprendizaje de la lectoescritura? En primer lugar, es importante concretar la lateralidad en la etapa de Infantil porque una buena detección temprana puede ayudar a los niños a una formación adaptada a sus necesidades y evitar futuros problemas de aprendizaje. En este sentido, el aprendizaje de la lectoescritura en esta etapa es primordial para un correcto desarrollo, ya que el proceso de la lectura y la escritura incrementa una mayor y mejor expresión oral y escrita, un vocabulario más amplio, mejora la ortografía y trabaja la concentración, entre otros aspectos.
Según Andrea Catalina Bustamante Parra, autora del artículo ‘Relación entre lateralidad y capacidad atencional en el desarrollo de los procesos lectores’ en la revista Rastros y rostros del saber, el concepto de lateralidad se puede clasificar en diferentes tipologías. Las más relevantes las explicaremos a continuación, aunque según el autor, existirán otros criterios:
- Diestros: Usa el hemisferio derecho del cerebro y predomina, tanto su ojo, mano, pie u oído del lado derecho.
- Zurdos: Usa el hemisferio izquierdo del cerebro y predomina, tanto su ojo, mano, pie u oído del lado izquierdo.
- Zurdería contraria: Niños que son zurdos, pero que por algún momento de su educación les obligaron a ser diestros, creando una falsa lateralidad diestra.
- Ambidextrismo: La misma habilidad para utilizar el lado derecho que el lado izquierdo.
- Lateralidad cruzada o mixta: Niños que son por ejemplo diestros de ojo o de oído y zurdos de mano y pie, es decir, utilizan unos órganos más del lado derecho y otros del lado izquierdo. Como consecuencia, puede ocasionar al niño problemas de coordinación, razonamiento, aprendizaje, etc.
- Lateralidad sin definir: Niños que usan un lado del cuerpo u otro sin un patrón definido.
Además, según detalla la revisión del artículo ‘Un enfoque teórico práctico contemporáneo de la lateralidad en edades tempranas y escolares’ de los profesores Prado Rosales, González Escalante y Prado Lemus en la revista Olimpia, de la Facultad de Cultura Física de la Universidad de Granma, algunas actividades, como pedir a los niños que muestren su mano izquierda o derecha, preguntarles cuál es la mano con la que cogen el lápiz, que levanten la mano izquierda, ayudan a trabajar la lateralidad. También, como sabréis, se puede determinar si un niño es diestro o zurdo haciéndole practicar ejercicios como lanzar dados, insertar cuentas en hilos o palos, agarrar objetos, etc.
Todos estos recursos son útiles a la hora de determinar la lateralidad de un niño y poder ayudarle en el correcto proceso de aprendizaje de la lectoescritura.