Una de las habilidades físicas básicas para que un niño pueda aprender la lectoescritura es la capacidad de ‘hacer la pinza’. Si un pequeño tiene problemas en este aspecto, se tiene que reforzar.
Ya sabemos que el desarrollo de las habilidades motoras finas es esencial para facilitar el dominio de ‘la pinza’ para sujetar bien las herramientas de escritura. Si un niño no lo ejecuta bien puede ser por falta de madurez, o por problemas motrices y coordinación visomotora o por falta de ‘entrenamiento’.
El último caso se puede solucionar a través de actividades. Puede servir también para acelerar la solución a la primera posibilidad, pero si es por problemas de movimiento o coordinación se tiene que recomendar a los padres o tutores una visita en una consulta médica.
Para trabajar y reforzar ‘la pinza’ hay que tener en cuenta los siguientes verbos. Cualquier actividad que se le proponga con estas acciones será válida:
- Reseguir: por ejemplo, con los dedos o lápices de color o punzones, perfiles de dibujos.
- Apretar: por ejemplo, al encajar piezas de rompecabezas adaptados a su edad.
- Amasar: por ejemplo, masas para galletas o magdalenas o pizza para merendar en clase.
- Ensartar: por ejemplo, abalorios en una hilo o cinta para fabricarse collares o pulseras.
- Insertar: por ejemplo, monedas en una hucha.
- Pellizcar: por ejemplo, cuerdas de instrumentos musicales para su edad (guitarras, ukeleles, liras…).
- Plegar: por ejemplo, papeles especiales para papiroflexia para hacer figuras sencillas a partir de instrucciones sencillas.
- Rasgar: por ejemplo, para preparar confeti o piezas de decoración que complementen sus trabajos manuales.
Debes considerarse que exigir a un niño más de lo que puede dar es contraproducente, ya que se frustrará y se bloqueará, de manera que en lugar de avanzar incluso puede empeorar. Sin embargo, es importante trabajar con él progresivamente para que vaya mejorando y se ponga al nivel de sus compañeros.
En este sentido, debemos respetar y comprender sus errores y ver si evoluciona a mejor poco a poco. Si queremos que pinte sin salirse de la raya desde el primer día, o que sus letras sean perfectas en seguida, fallaremos como docentes.