La habilidad del lenguaje es una de las capacidades más impresionantes del ser humano, pero el aprendizaje de la escritura no es innato, requiere una enseñanza específica. Por desgracia, la dislexia es un trastorno del aprendizaje que afecta a la capacidad de leer, escribir y comprender el lenguaje escrito. La dislexia es una de las principales causas de fracaso escolar en España. Sin embargo, si se interviene a edades tempranas con ejercicios que estimulen diferentes áreas cerebrales relacionadas, se puede tratar adecuadamente para minimizar su impacto en el proceso de aprendizaje de los niños.
Un artículo de la revista Profesorado, Revista de currículum y formación del profesorado (Vol. 21, Nº1, Enero- Abril 2017) destaca la importancia de preparar a los niños antes de iniciar el proceso de adquisición de la lectoescritura. Llevarlo a cabo demasiado pronto puede favorecer el desarrollo de la dislexia. Por lo tanto, es fundamental que los niños estén preparados para el aprendizaje del lenguaje escrito.
¿Qué debemos tener en cuenta?
Existen varios factores clave que los educadores deben considerar:
- Es fundamental fomentar el buen desarrollo del lenguaje oral en los niños desde edades tempranas. Para ello, es recomendable que canten, escuchen cuentos y practiquen una correcta pronunciación adaptada a su edad, lo que les proporcionará modelos lingüísticos.
- Estimular el sistema vestibular, que es clave para el equilibrio, también puede tener un impacto positivo en la percepción auditiva y en la movilidad de los músculos oculares, lo cual es fundamental para el aprendizaje de la lectura. Jugar a saltar o balancearse en un columpio son actividades que ayudan en el desarrollo de este sentido.
- Es beneficioso ampliar la lateralidad de los niños mediante juegos y ejercicios que involucren movimientos simétricos o asimétricos, como cruzar brazos y piernas o realizar movimientos diferentes con los miembros superiores e inferiores. El juego de las palmas es un ejemplo de actividad que puede ayudar a desarrollar la lateralidad.
- Es importante detectar la dislexia lo antes posible. Se considera que la detección temprana sería entre los 5 y los 9 años, mientras que la detección precoz se sitúa en la franja de edad hasta los 5 años, antes de que el niño concluya la educación Infantil.