Ya sabemos que la escritura es un elemento esencial en la vida de cualquier persona. Pero antes de aprender esta faceta, hay que pasar por diferentes etapas. Una de ellas es la del dibujo.
A los pequeños les encanta dibujar. Pero no es porque sí. De la misma manera que en los albores de la Humanidad el hombre explicaba su realidad a través de las pinturas rupestres, también los niños se comunican a través de los dibujos.
En este sentido, diferentes teóricos apuntan que el dibujo es la primera escritura del pequeño, ya que les permite explicar su realidad, narrar desde su perspectiva, revelar su carácter y expresar sus sentimientos. En definitiva, los prepara para el mundo textual.
El dibujo ayuda a desarrollar la psicomotricidad, la coordinación visomotora, entrena los músculos, facilita el dominio del trazo y proporciona soltura a los pequeños. Los garabatos, formas y coloreados permiten practicar los diferentes movimientos de la mano, establecer ritmos y fuerzas de presión que serán fundamentales para escribir.
Es evidente que los ritmos son diferentes entre cada niño y no es lo mismo cuando el pequeño tiene dos años que cuando tiene cinco. Son etapas diferentes con características dispares. Pero en todos los casos es muy importante incentivarles. Por eso te recordamos algunos consejos muy útiles:
- Contar con un tiempo y un espacio para dibujar es muy útil.
- Conciencia a los padres de la importancia de animar y mostrarse entusiasmados con los dibujos de sus hijos. Da igual cómo sean, siempre deben alegrarse por sus dibujos. Esto animará al niño a seguir con el proceso, le proporcionará confianza y le permitirá evolucionar.
- Facilita la libertad creadora del niño. Nunca les coartes ni corrijas si la representación pictórica es ilógica, irreal o alejada de la realidad (es lo más probable que sea). Explica también esto a los padres para que tampoco critiquen los dibujos que hagan en casa.
- El acto del dibujo debe ser lo más espontáneo y natural posible, sin ningún tipo de obligación. El pequeño debe dibujar siempre que quiera, no cuando se le imponga.
- Para poner un poco de orden en el aula, se pueden organizar talleres en momentos concretos para crear murales entre todos, o animar a realizar dibujos de temática libre, o que ilustren cuentos que se cuente en clase, o representaciones de su fin de semana…
- Exponer sus creaciones en clase sube la autoestima de los pequeños y los anima a seguir. Si además se muestra a otras personas (en jornadas de puertas abiertas, encuentros con los padres, etc.) con ellos delante, los anima a seguir.
- Cada niño evoluciona a su ritmo, por lo tanto, no debemos presionar para que un pequeño dibuje más, o mejor, si otros están en estadios más avanzados. También es importante concienciar a los padres sobre este tema…
El dibujo, por lo tanto, es una parte esencial en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura. Debemos ser capaces de hacer comprender a los padres su importancia para que lo valoren en su justa medida.