El aprendizaje de la lectoescritura es la base para un correcto progreso y una mayor destreza en las habilidades de la lectura y la escritura. Además, es un proceso gradual en que los niños tienen la oportunidad de obtener múltiples beneficios como potenciar la reflexión, mejorar la comunicación, o desarrollar la imaginación.
Centrándonos en el ámbito de la lectura, leer es uno de los mejores hábitos que pueden adoptar los niños en su educación y sobre todo en las primeras etapas de su infancia. Sabemos que facilita la adquisición de vocabulario o se desarrolla la inteligencia emocional. Leer cultiva el placer por la lectura y los libros, aporta grandes beneficios y es una actividad clave para la educación de los niños. En definitiva, es un hábito que formará parte y los acompañará en todas las etapas de su vida.
Una de las estrategias para potenciar la lectura desde una perspectiva diferente e interactiva es a través de la lectura compartida. Se trata de una metodología donde participan tanto alumnos como profesores y consiste en que los niños se vayan turnando y lean determinados fragmentos.
Esta actividad no solo consiste en que el docente supervise y los niños lean en voz alta, sino que es imprescindible la participación de ambas partes para un progreso idóneo. Según el artículo “Lectura compartida y estrategias de comprensión lectora en educación infantil” de las profesoras del Departamento de Filología Hispánica y Clásica de la Universidad de León, María Teresa Llamazares Prieto y María Dolores Alonso-Cortés Fradejas, el docente es una figura clave a la hora de desarrollar una sesión de lectura compartida de “alta calidad”. Es el responsable de mediar para responder a experiencias, intereses o conocimientos en los niños. Así como para incentivar a hacer preguntas y dar respuestas sobre lo que se lee o mientras se lee.
La lectura compartida proporciona al niño la posibilidad de participar en situaciones nuevas, observar, gesticular, hablar, participar, intervenir en grupo, etc. Además, según también detallan las autoras en su artículo, los niños también ganan experiencias, mejoran sus capacidades de raciocinio y desarrollan mejores estrategias de comprensión lectora.
La lectura compartida es un método de aprendizaje que varía según la edad. En la etapa de Infantil los niños no saben leer, pero es un buen momento para introducir esta estrategia. Por lo tanto, entre los más pequeños es buena idea, por ejemplo, que coloreen figuras en un dosier en formato libro, para presentarles este objeto y su concepto. También, proporcionarles libros con relieve, visuales o con temáticas que les sean cotidianas para que se vayan familiarizando con las grafías y sonidos.
En cuanto a la etapa de Primaria, para practicar la lectura compartida se puede dividir la clase en dos grupos, establecer un límite de tiempo y por turnos que cada niño lea un fragmento de un texto. ¿Sabes qué puedes hacer para que la actividad sea todo un éxito? ¡Busca libros que sean de interés para los niños o libros que quieran descubrir!
A continuación, os explicamos más beneficios que se obtienen con la práctica de la lectura compartida:
- Mayor capacidad de comprensión lectora, lo que les puede beneficiar para conectar con la historia o los personajes.
- Los niños irán adquiriendo e integrando más vocabulario, lo que les permitirá elaborar frases más complejas e introducir nuevas palabras a su día a día.
- Permite a los niños potenciar la lectura en voz alta y así estimular su atención y concentración. Además, leer en voz alta hace que los niños reconozcan los signos de puntuación y la acentuación correcta.
- Mayor autoestima e interés por la lectura y la curiosidad por aprender.